martes, 21 de agosto de 2007

El gran titiritero


Todos tenemos cierta atracción por los poderes ocultos. Y no me refiero a lo sobrenatural, sino a la intriga sobre aquéllos seres que, como marionetistas, manejan el mundo desde las sombras. Por citar dos personajes, esa sensación nos dejó el siniestro José López Rega o el ruso Rasputín, quienes inclusive fueron relacionados con magias ocultas. Pero más allá de las prácticas de estos sujetos, lo cierto es que su existencia justifica de algún modo aquello del "poder detrás del poder".
El lunes, otro que sigue la misma línea de los citados anunció su renuncia como consejero del presidente George W. Bush. Se trata de Karl Rove, quien fuera calificado como "el Göbels de Bush" o el “copresidente”. Pero por sobretodo, Rove es conocido como un hombre maquiavélico, en el sentido de que está dispuesto a hacer cualquier cosa con tal de cumplir un objetivo. Sino, basta con mirar la carrera política de Bush hijo, de la cual él es el principal estratega. Así lo acompañó en dos gobernaciones en Texas y ahora en la Casa Blanca. Si hasta el propio presidente admite que Rove es la principal razón para su victoria en 2000 y 2004. Dueño de alabanzas que lo califican como un gran estratega, o críticas que lo tratan de tramposo, Rove fue sin dudas el cerebro de la revelación del nombre de la agente secreta de la CIA Valerie Plame, en una operación que sirvió de escarmiento contra el ex embajador de Nigeria Joseph Wilson por sus críticas a las causas que justificaron la invasión a Irak.
Independientemente de las calificaciones subjetivas, lo cierto es que Rove tiene un especial talento para encargarse del trabajo sucio de un político. Y también hay que admitir que, aunque no estemos de acuerdo con ello, todos los líderes tienen un personaje de esta calaña cerca suyo. Sin embargo, para muchos lo de Rove va mucho más allá del trabajo de un consejero, sino que es uno de los que realmente maneja el poder en el gobierno norteamericano. Esta teoría es sostenida por aquellos que creen incapaz a Bush de tomar cualquier decisión, y lo consideran un simple títere colocado en un lugar estratégico -vaya si lo es- para permitir el ascenso al poder de un grupo determinado.
Entonces, el panorama actual nos ofrece dos interrogantes: el primero, ¿por qué se fue Rove?, y el segundo, ¿qué hará Bush sin su guía? Diversos analistas coincidieron en remarcar que en parte los argumentos del consejero pueden ser ciertos -dijo que quería dedicarse a su familia-, pero que también jugó un papel importante el hecho de que Bush esté acabado políticamente y de que el Partido Republicano cuenta con muy pocas posibilidades de ganar en las elecciones del año que viene. Por otra parte, se espera que el presidente apueste a los conflictos en Irak, Afganistán y Palestina para obtener al menos una salida decorosa de la Casa Blanca y, para ello, se especula con que se apoyará en la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, y el secretario de Defensa, Robert Gates, en la difícil -casi imposible- misión de pacificar Medio Oriente.

No hay comentarios: