martes, 17 de julio de 2007

El hombre más triste


La noche era fría y bastante estrellada; un típico día de julio. Seguro que al amanecer iba a caer una helada.
Yo venía caminando por la calle Sarmiento, crucé el bulevar Guzmán y me aprestaba a atravesar el puente rumbo a mi casa. Era tarde, no recuerdo bien la hora, pero era tarde, y estaba muy cansado.
Necesitaba dormir porque me esperaba un día realmente largo. Más por lo doloroso que por su duración en sí.
Además, el día siguiente a un suceso como el que a mí me ocurrió siempre se torna eterno. Primero, tolerar los cambios que vive la casa y, después, una serie de trámites burocráticos que son tediosos, especialmente cuando uno tiene el alma destrozada.
No sé cuando me vendrán a buscar, pero no me resistiré. Es inevitable. Mi vida ya no tiene sentido. Lo siento por la mujer que amo, sé que sufrirá con mi decisión y con lo que hice, pero tenía que ser así.
Ya crucé la calle Pringles y llegué a mi casa. Está oscura, vacía. No puedo evitar que las lágrimas corran por mi cara. Mi mujer no está, se debe haber quedado en el hospital. Espero que me entienda.
Trato de respetar la rutina que hago todos los días cuando vuelvo a trabajar por la noche. Como algo liviano, voy a arropar a mi hijo a su pieza, hoy vacía, y me acuesto y abrazo a mi mujer, que tampoco está.
¡No debo pensar más! tengo que dormir. Seguro que mañana a primera hora, cuando hallen el cuerpo, la policía no tardará en venir a buscarme.
Imagino inclusive cómo ocurrirá: algún transeúnte verá un cadáver tirado en el río y un Renault Twingo cerca, abandonado. Llamará a la policía, y los investigadores de la fuerza determinarán que es el cuerpo del conductor ebrio que arrolló a mi hijo y lo mató. Entonces, tal vez con una lágrima en la cara, me vendrán a buscar para hacer justicia.
Me duermo pensando que ese día fui el hombre más triste del mundo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

la verdad te escribo porque me da "cosita" que haya 0 comentarios.
Desde hoy los leo a vos y a Nico. Pero dejen de hace copy-pastle de las notas del diario.

Besos y felicidades.
LA-FER