miércoles, 27 de febrero de 2008

"El" descubrimiento

El trabajo de los arqueólogos y los historiadores consiste básicamente en buscar elementos, materiales o no, para reconstruir el pasado de la humanidad. Pero como para una sola persona es imposible la tarea, los especialistas dedican su quehacer profesional en distintas áreas específicas. Y si bien hay miles y miles de científicos destacables, sólo basta con enumerar algunos, como Hobsbawn, Botana, Romero, Sábato (Hilda), Burke, entre los historiadores, y Senshui, Isla, Albright, Bingham, por el lado de los arqueólogos.
Pero ninguno de estos especialistas siquiera llega a los tobillos de William Hakvaag, director del museo de Guerra de Noruega. Hakvaag anunció recientemente un descubrimiento que cambiará el mundo: Adolf Hitler, antes de ser el peor hijo de puta de todos los tiempos, hacía dibujitos de Blancanieves y de Pinocho, en la versión de Walt Disney.

lunes, 25 de febrero de 2008

¡Ajjjjjjjjjjjjj!

Leyendo las noticias sufrí uno de los momentos más desagradables de mi vida.
Distraído, repasaba lo sucedido a modo de un rápido pantallazo para no estar tan desubicado a mi llegada al trabajo. En esto, siempre es mejor tener una idea general antes de seleccionar las noticias que adornarán mi página. Y en eso estaba cuando leí con estupor una afirmación de Condoleezza Rice, la secretaria de Estado norteamericana, sobre su presidente George W. Bush.
"Voy a anunciar que el presidente bailó en varias ocasiones y durante un buen rato mientras estuvo en África", declaró la jefa de la diplomacia, quien añadió: "Demostró que podía mantener el ritmo".
Está claro que la intención de la funcionaria fue la de distender un poco una conferencia de prensa y, por qué no, desviar la atención mediante un recurso inusualmente simpático en ella. Sin embargo, no pude evitarlo: apenas leí lo ocurrido en mi mente se cruzó la imagen de Bush enfiestado con Rice, botella de wisky mediante. Él tratando de bailar y ella seduciéndolo en un caño, en una habitación a media luz.
¡Ajjjjjjjjjjjjj!
A veces, la imaginación nos juega una mala pasada. Afortunadamente, esa imagen duró sólo dos segundos.

viernes, 22 de febrero de 2008

cero sentidos

Mis ojos están cerrados contra su voluntad, pero permiten que los otros sentidos tomen un protagonismo inusual.
El olor es nauseabundo, propio de quienes viven entre sus heces.
Los ruidos, dan miedo. No sé de dónde vienen. No sé en dónde estoy. Ni siquiera sé quién soy.
¿Qué he hecho para merecer esto?
Mi gusto está como negado. Es como si poco a poco mis sentidos me abandonaran. Uno por uno.
Primero fue la vista. Luego, el gusto. En poco tiempo, el tacto, pues mis manos están sometidas a mis espaldas.
Sólo el dolor perdura, el padre de todas las sensaciones en este lugar.
Los pasos se acercan, acechando a los que estamos aquí. Rezo para que no me toque. No puedo evitar sentirme mal porque se llevaron a quien estaba a mi lado. Tampoco puedo disimular mi alivio.
Mas el fin está cerca, y sólo deseo que mi hijo me recuerde.

martes, 19 de febrero de 2008

Un jardín liso

El ser humano ha demostrado tener la capacidad de crear una discusión de la nada. O lo que es peor, de una soberana estupidez.
En este caso, lo que nos trae es una noticia surgida en el norte de Suecia. Allí, un jardín de infantes prohíbe a sus alumnos utilizar ropas con rayas o puntos. El motivo: una maestra sufre de migraña y ese tipo de vestimenta empeora su condición. Y, claro, la respuesta de los padres no fue exactamente satisfactoria. No sólo por la ridícula prohibición, sino porque los uniformes de esos chicos precisamente son a rayas verticales.
Sinceramente, la verdad supera a la ficción. Ahora resulta que si vez rayas o puntos te duele la cabeza.
Menos mal que a esa mujer no le gusta el fútbol y es hincha de San Lorenzo o Instituto, por ejemplo. O peor, imagínense lo que debe sufrir pobre mujer cuando aparece la señal de ajuste antes de comenzar las películas. Nunca habrá visto alguna hasta que apareció el DVD. Enormes y gigantescas jaquecas habrá sufrido hasta el maravilloso invento de la película metida, no sé cómo, dentro de un pequeño disco metálico.
Tampoco podrá manejar en ruta, con esa maldita línea amarilla, que a veces incluso es doble.
¿Cómo hará para vivir en un mundo absolutamente liso?, me pregunto.
Porque si las rayas son difíciles de obviar, ni qué hablar de los lunares. Contagiarse de sarampión debe ser la muerte para ella. O bien su adolescencia y el inevitable acné. ¿Acaso será la única mujer del mundo que en sus 15, o cerca, no disfrutó reventando los granitos de su novio?
Mejor no mencionar entonces si se le corta el cable, cuando en la pantalla aparece la guerra entre puntitos negros y blancos, que se mueven incansablemente unos en torno de los otros. O cuando cerrás fuerte los ojos y aparecen esos puntitos luminosos en tu vista, que no podés evitar.
¡Pobre mujer!, nunca pudo cerrar fuerte los ojos.

viernes, 15 de febrero de 2008

¿Qué pasó?

Le Monde Diplomatique representa el progresismo en pinta. Evoca casi automáticamente a la avanzada intelectual francesa, acaso una de las más importantes del mundo, y simboliza una especie de estoica resistencia de la concentración de medios que propone el capitalismo salvaje. Históricamente una publicación de izquierda y, por sobre todo, periodísticamente seria, Le Monde se sumó a las falsas acusaciones contra Venezuela sobre presunta la participación de este país en el narcotráfico mundial (Red Voltaire).
Nada más falso.
Sin ánimos de hacer una apología de Hugo Chávez, porque ofrece muchos flancos para la crítica, es preciso aclarar que las acusaciones del director del Buró para la Política del Control de Drogas de la Casa Blanca, John P. Walters, son absolutamente falsas. Ningún informe serio sobre la ruta de las drogas incluye a Venezuela como un país narcotraficante. Nada más lejano.
Sólo basta con realizar la siguiente deducción: Colombia es el máximo productor de cocaína mundial (62 por ciento del mercado) y Afganistán el de opio (92 por ciento). Ambos cuentan con una importante presencia militar estadounidense en sus territorios, e incluso el asiático fue invadido por el ejército norteamericano. Al mismo tiempo, Estados Unidos es el máximo consumidor de sustancias prohibidas de todo el mundo.
Entonces, ¿dónde está el problema de la droga y el narcotráfico? Creo que no hace falta ser un genio para adivinarlo.

lunes, 11 de febrero de 2008

Se va para afuera

Los paladines del librecambio y el neoliberalismo (aunque ellos mismos se nieguen en rechazar estos motes y negar la existencia de la ideología) insisten en que tanto la Argentina como América latina jamás atraerán inversiones a causa de su falta de competitividad.
Para poseer esta característica, sostienen, es necesaria la estabilidad. Es decir, convencer a los inversores de que van a poder ganar mucha plata durante un tiempo prolongado.
Claro que esta insistencia tiene como único objetivo sugerir un cambio de rumbo en la región que impulse Tratados de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos. Porque, seamos claros, es la intención excluyente. Y sabemos cómo nos fue cuando “liberamos” nuestras relaciones con las principales potencias, especialmente con aquella que está justo encima nuestro en el mapa, como si se tratase de una cruel metáfora de la cartografía.
Sin embargo, los tristes augurios de estos pretenciosos especialistas contrastan con la realidad argentina, que a decir verdad está mucho más cerca de lo que ellos piden.
Según el diario La Nación, que a su vez se basa en información del Banco Central (BCRA), “en 2007, el giro al exterior de utilidades y dividendos y otras rentas -a las casas matrices de las multinacionales instaladas aquí y, en menor medida, a los accionistas no residentes de empresas locales- alcanzó los 1.921 millones de dólares, un 21,1 por ciento más que el año anterior”.
Como verán, pese al discurso de nuestros dirigentes, la Argentina aún presenta una fuerte inversión extranjera, que sigue creciendo. Y no sólo eso, sino que en la mayoría de los rubros el “empresariado nacional” es casi inexistente.
Entonces, a resultados vista, la clave no pasa tanto por evitar las inversiones extranjeras –que evidentemente son inevitables- como por dejar en claro las condiciones en las cuales se desarrollará esa inyección de capitales. Fácil, si les permitimos entrar y explotar en nuestro país, que lo hagan bajo leyes que protejan precisamente nuestro capital.
En cualquier país desarrollado, precisamente esos para los cuales trabajan los analistas mencionados, la inversión extranjera es posible. El problema viene cuando uno, inversor extranjero, quiere sacar las ganancias del país.
Si la inversión extranjera representa realmente desarrollo interno, bienvenidas. Pero si esa inversión en realidad significa un acto de piratería moderno, pues muchas gracias, pero no.

lunes, 4 de febrero de 2008

Como turco en la neblina

Ya con la fecha de salida encima de nosotros la expectativa crecía por leguas, pero a la vez sentía una pequeña sensación de alivio porque por fin me iba de vacaciones. Sucede que no estaba acostumbrado a tomar mis dos semanas libres con el año tan avanzado.
El inconveniente que ello genera no es exactamente cansancio, sino hastío y hasta desconcierto, porque hay una verdad absoluta: el año empieza después de las vacaciones. Pero normalmente esas vacaciones se toman entre enero y febrero y todas las actividades tienen su inicio en marzo. Pero si te vas de vacaciones en abril, tu año no comienza hasta el regreso, que ya es demasiado tarde.
De todos modos, no había el menor indicio de arrepentimiento en mi decisión, que quede bien claro, simplemente un poco de desconcierto.

viernes, 1 de febrero de 2008

El lado incorrecto

Sus giros interminables inevitablemente la llevan hacia un violento fin.
Yo la miro impávido, desde arriba, sin ninguna capacidad de reacción. Es ese segundo en el cual tengo tiempo de lamentarme por perderla, pero no puedo hacer nada para salvarla. Una paradoja del destino: el cerebro funciona, pero el cuerpo es incapaz de reaccionar.
Ella, sigue rodando en sí misma por el aire con el destino cantado. Caerá violentamente y estoy seguro de que no podré salvarla. Ni siquiera después del impacto.
No es tristeza lo que siento, porque tampoco es para tanto, sino más bien expectativa porque todo salga bien. No quiero empezar todo de nuevo. No tengo ánimos. No es el momento para hacerlo.
Sólo observo con fe.
Pero sucede lo peor. Mis temores se hacen realidad: la tostada cayó del lado de la manteca. ¡Maldita sea! Tendré que levantarme, prender la tostadora, cortar más pan y ponerlo al fuego hasta que tome el color y el calor deseado. Pero no tengo ganas, es demasiado temprano y no estoy de humor.

Evidentemente, esta duda existencial carcomerá mi alma por siempre: ¿por qué las tostadas siempre caen del lado de la manteca?

Mentiras y medios


El trabajo de periodista es bastante difícil. No sólo porque se paga poco, sino porque en muchos casos obtener la información necesaria se torna imposible. Más si uno no pertenece a un medio masivo, sino que trabaja al costado del camino, como diría Fito Páez.
Es tan difícil escapar de las agendas que imponen los grandes medios como acceder a la verdad. Es sencillo: si ellos no lo dicen, es porque no es cierto. Y así lo creemos todos. Sólo vemos lo que nos muestran, y a quienes dicen algo distinto, los castigamos por inventar conspiraciones novelescas o bien porque pasan gran parte de su vida denunciando. Es cierto que muchos de ello mienten y hacen de la denuncia y la conspiración imaginaria un negocio. Tan cierto como que muchos de ellos dicen la verdad, sólo que desde otra perspectiva.
En definitiva, cada uno dice su verdad. Porque, les aviso, la objetividad no existe. Aunque intentemos ser imparciales, cada uno de nosotros tiene un acervo previo. Un sistema de creencias y valores que inevitablemente va a ordenar una noticia de una forma u otra, independientemente de su contenido.
Pero, acá viene lo más tenebroso, la objetividad no sólo depende de la subjetividad que tiene cada periodista en cuanto sujeto pensante. Sino que también entran en juego distintos intereses, porque hace mucho tiempo que los medios de comunicación dejaron de estar al costado del camino para recorrer la autopista del poder por los carriles más veloces.
Entonces, nosotros como lectores, oyentes o televidentes no sólo dependemos de la subjetividad de quién nos comunica, sino que tenemos acceso a la porción de la verdad que nos quieren contar debido a intereses relacionados íntimamente con el poder.

Para explicarlo mejor, les voy a poner un ejemplo bastante gráfico: la invasión a Irak.
Primero, habrán notado que he utilizado el término invasión y no guerra u ocupación. La guerra se entiende como un conflicto formal entre dos ejércitos o en último caso entre un ejército y una guerrilla (posibilidad contemplada en la Convención de Ginebra, vale aclararlo). Ninguna de las dos circunstancias se dio en Irak, pues la acción armada estadounidense no gozó del apoyo de la ONU, y poco después se demostró que los motivos que la justificaron eran falsos. En consecuencia, a causa de su ilegalidad no podemos hablar de una guerra formal.
El término ocupación se utiliza cuando un país invade a otro, pero con la venia de este último. Por ejemplo, si en un país existe una tiranía ilegítima y la gran mayoría clama porque se termine, entonces la intervención de un agente externo supone una ocupación. De hecho, pese a su ilegalidad, si Estados Unidos hubiese derrocado a Saddam Hussein y luego hubiese abandonado el país (aunque en la realidad esto era imposible y no sólo por los intereses norteamericanos, sino porque sabían que allí se abría una caja de Pandora) podría hablarse de una ocupación. Pero los iraquíes de ningún modo pidieron a las fuerzas extranjeras que tomen el poder y se queden en el país. Por lo tanto, tampoco es una ocupación.
El concepto de invasión, por el contrario, supone la ocupación de un país por otro sin la venia del primero, y por intereses que carecen de legitimidad.
Otro término falso, que responde a esos intereses, es la denominación terrorismo iraquí. Si bien en la actualidad existe una virtual guerra civil en el país, lo cierto es que las facciones armadas que atacan a las fuerzas extranjeras deben catalogarse como resistencia. Sus métodos son los de una guerrilla e intentan infundir el terror en el enemigo, pero resisten a una invasión ilegal e indeseada.
Lo mismo sucedió en Francia cuando fue invadida por la Alemania nazi. Los franceses actuaban como una guerrilla, pero contra una invasión ilegal. Por lo tanto, fueron célebres y pasaron a la historia como la “resistance”. Los iraquíes hacen lo mismo, pero son catalogados como “terroristas”.
Otro ejemplo notable ocurre en la actualidad. Luego de incrementar sus fuerzas en 30.000 hombres, George W. Bush hizo públicos informes según los cuales la violencia había mermado notablemente en Irak. De pronto, el país árabe había pasado de ser un pandemonio para transformarse Disneylandia.
Los medios más importantes, muchos de los cuales habían respaldado la invasión y sirvieron como un canal ideal de legitimación para los falsos argumentos, recogieron con entusiasmo la pacificación iraquí. Apenas en unos meses, las agencias ya no daban cuenta de ataques y atentados en Irak. Sólo algunos hechos violentos destacados como aislados, pues Al Qaeda, la madre de todos los males, estaba acorralada en el norte del país.
Sin embargo, hurgando en todos los lugares posibles, siempre aparece algo. Y si ustedes creen que Irak realmente es más seguro, visiten páginas como Prensa Latina (http://www.prensa-latina.com/) o la versión en inglés de Al Jazeera (english.aljazeera.com) y sabrán la verdad como yo la sé.