
En este caso, lo que nos trae es una noticia surgida en el norte de Suecia. Allí, un jardín de infantes prohíbe a sus alumnos utilizar ropas con rayas o puntos. El motivo: una maestra sufre de migraña y ese tipo de vestimenta empeora su condición. Y, claro, la respuesta de los padres no fue exactamente satisfactoria. No sólo por la ridícula prohibición, sino porque los uniformes de esos chicos precisamente son a rayas verticales.
Sinceramente, la verdad supera a la ficción. Ahora resulta que si vez rayas o puntos te duele la cabeza.
Menos mal que a esa mujer no le gusta el fútbol y es hincha de San Lorenzo o Instituto, por ejemplo. O peor, imagínense lo que debe sufrir pobre mujer cuando aparece la señal de ajuste antes de comenzar las películas. Nunca habrá visto alguna hasta que apareció el DVD. Enormes y gigantescas jaquecas habrá sufrido hasta el maravilloso invento de la película metida, no sé cómo, dentro de un pequeño disco metálico.
Tampoco podrá manejar en ruta, con esa maldita línea amarilla, que a veces incluso es doble.
¿Cómo hará para vivir en un mundo absolutamente liso?, me pregunto.
Porque si las rayas son difíciles de obviar, ni qué hablar de los lunares. Contagiarse de sarampión debe ser la muerte para ella. O bien su adolescencia y el inevitable acné. ¿Acaso será la única mujer del mundo que en sus 15, o cerca, no disfrutó reventando los granitos de su novio?
Mejor no mencionar entonces si se le corta el cable, cuando en la pantalla aparece la guerra entre puntitos negros y blancos, que se mueven incansablemente unos en torno de los otros. O cuando cerrás fuerte los ojos y aparecen esos puntitos luminosos en tu vista, que no podés evitar.
¡Pobre mujer!, nunca pudo cerrar fuerte los ojos.
1 comentario:
ni hablar de convivir con los "rayes" de los que nos rodean y peor aun los propios!!!!Catastrofico, pobre mina.
Buenisimo el comentario, pero lo mas aterrador es pensar en un mundo liso.
Marite
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