miércoles, 19 de septiembre de 2007

Agendas prioritarias


Una de las teorías más lúcidas sobre los medios de comunicación de masas es la del Establecimiento de la agenda, o la Agenda Setting (Donald Shaw). Básicamente, la Agenda Setting indica que la cantidad de información que nos brinda la realidad jamás podrá ser incluida en un diario o un informativo (radial o televisivo). Por lo tanto, normalmente se realiza una selección de los temas que serán mostrados al público, de acuerdo siempre al criterio del mass media, claro está, pues de acuerdo a esta teoría los medios masivos de comunicación no pueden decirnos cómo pensar, pero sí sobre qué pensar.Y esto es lo que nos importa, porque ya estamos acostumbrados a que los grandes medios nos impongan la agenda de acuerdo a su criterio, pues todo el mundo lo tiene. Además, esta frase nos aclara que desde el vamos la objetividad no existe, pues sólo con elegir cuál será la noticia de tapa, un medio o una persona ya está siendo subjetiva. Pero de todos modos, a conciencia de que es inevitable no opinar sobre algún tema, el quid de la cuestión pasa en saber cuál es el motivo para realizar esa selección. Y aquí ya entramos en el terreno de los intereses que manejan (a) los mass media y que los lleva a diagramar tal o cual Agenda Setting.¿Qué habría sido de la invasión a Irak de no existir ese poderoso sustento mediático que ayudó a los norteamericanos a convencerse de la amenaza nuclear que representaba Irak? Nada. Hubiese sido sencillamente imposible, pues efectivamente el único método que sostuvo aquella empresa fue la alianza con los medios de comunicación de masas más importantes del mundo. O mejor dicho la sumisión de los mass media a los intereses de la Casa Blanca, que a su vez está sumida a los intereses particulares de un grupo de personas. Hoy, cuando han pasado ya cuatro años de aquella brutal invasión, y ante la evidencia de los hechos (Irak jamás fue un peligro nuclear), el propio Alan Greenspan, presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos de 1987 a 2006, admitió que la verdadera motivación de la acción armada fue el petróleo, y no la defensa de la humanidad. Tampoco tiene defensa la actualidad de las sufridas tropas norteamericanas, que vivieron en carne propia aquella mentira de "cuando derroquen a Saddam los van a tratar como a dioses". Todo lo contrario, la verdad fue "gracias por derrocar a Saddam, pero ahora vuelvan a casa o sufran las consecuencias", y sólo en algunos casos, pues en otros fue aún peor.Pero eso no es todo, y aquí va una severa advertencia: debemos estar atentos a la nueva agenda de los mass media. ¿O acaso algún lector desprevenido piensa que los reveladores informes sobre los planes norteamericanos para atacar a Irán salieron a la luz justo ahora, por coincidencia o sagacidad periodística?

No hay comentarios: