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Fuente: Neetcurioso |
Productos de
publicistas, estudios de mercado y expertos en marketing, los
funcionarios macristas practican una retórica que parece simple y
cercana: términos como felicidad, alegría y confianza se expresan a
través del tuteo, la comunicación directa, de la construcción de
una identificación impostada.
Sin embargo, detrás
de la simpleza se oculta un complejo mecanismo de comunicación, que
recurre a la abstracción como uno de los mecanismos para evadir la
realidad (la comparación es otro mecanismo).
Alegría, confianza
y felicidad, tres de los términos que más ha utilizado el macrismo,
son conocidos y hasta cotidianos, pero nadie sabe a ciencia cierta
cómo materializarlos.
¿Qué es
exactamente la alegría, cómo se promete alegría? Un chiste que
arranca una sonrisa momentánea a un tipo que perdió su trabajo, ¿es
alegría?
¿Y esperanza?,
¿qué con respecto a qué va a estar mejor? De un modo u otro, todo
el mundo desea estar mejor, eso es la esperanza, el deseo y hasta la
expectativa de estar mejor en algún sentido. No hay necesariamente
un proceso reflexivo detrás de la esperanza, ni siquiera realista.
Qué decir de la
felicidad ¿Qué es la felicidad? Personalmente, es uno de los deseos
más pelotudos del mundo. ¿Qué es ser feliz? Nada, es la
abstracción total y absoluta que nos vendió la Coca Cola y las
películas románticas cuando los protagonistas salen a correr juntos
por la playa, tomados de la mano. La felicidad es, a lo sumo, una
circunstancia efímera.
A este mecanismo,
de hablar de nada hablando, se añaden otros como la comparación
(pesada herencia), usada por casi todos los gobiernos del mundo,
incluso me atrevería a decir que por casi todas las gestiones de
cualquier tipo del mundo. ¿Cuántas veces el electricista dijo que
la instalación eléctrica que había hecho otro estaba tan mal que
había que hacer todo de nuevo y pagar un montón de plata?
La diferencia en
este caso es que el macrismo había jurado y perjurado que no caería
en la táctica de la comparación.
La promesa vacía
es otra de las estrategias más usadas. Envalentonado
por el nulo castigo electoral de versos como los 10
kilómetros de Subte por año en la Ciudad de Buenos Aires, el
macrismo promete a mansalva, con una impunidad sorprendente. Y
promete con promesas concretas, nada de alegrías, felicidades y
confianzas, acá son concretos.
De este modo, la
comparación con el pasado explica el presente; la promesa vacía
contribuye a mantener las expectativas y la utilización de términos
abstractos plantea un futuro mejor, al tiempo que calma los ánimos
en el presente.
La comunicación,
como se ve, es bastante completa. Sólo falta un poco de realidad.
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