martes, 26 de junio de 2012

Generalizar las particularidades


Alejandro Dolina advertía, hace mucho en su programa La Venganza será terrible, sobre la irremediable tendencia que tenemos los seres humanos de generalizar las particularidades. El artista ponía como ejemplo un viaje a Rusia. Palabras más, palabras menos, decía: “usted va a Rusia y ve a dos rusos jugando al ajedrez y tomando vodka. Cuando regresa a Buenos Aires, le dice a sus amigos: '¡no sabés cómo juegan al ajedrez y toman vodka los rusos!'”. Eso es generalizar las particularidades.

En el periodismo esta práctica es bastante usual entre los enviados especiales: llegan a un país que nunca han visitado, están una o dos semanas y hablan como si fueran locales. Y, peor, a veces entrevistan a dos o tres tipos y creen tener la verdadera verdad del hecho que están cubriendo.
Sin embargo, esa tendencia a veces se mezcla con los intereses que defiende un medio, sea por línea ideológica o por el peso de la billetera, la misma que mata a los galanes.
Una nota publicada por La Nación fue levantada de EFE, aparentemente. El periodista, que viajó a Paraguay para cubrir el conflicto, concluye que la población es indiferente al golpe contra Fernando Lugo.
¿Cómo llega a esa verdad? Después de hablar con un empleado de migración, en el aeropuerto; el mozo de un bar; un taxista y un fotógrafo. El tipo habló con cuatro de los 6.340.000 de paraguayos y le alcanzó para decir que “hay indiferencia” en torno al golpe.
Sin embargo, a medida que avanza la nota quedan al descubierto algunos puntos más oscuros, que superan esa humana tendencia a generalizar las particularidades. El periodista dice, por ejemplo, que sus colegas atrincherados en el canal público de televisión creado por Lugo son “apenas un centenar de activistas que pintan carteles al son de los clásicos temas de canción-protesta”, y no trabajadores de prensa que defienden su libertad laboral y hasta el orden democrático.
Destaca, por otro lado, la presunta contradicción de Lugo, que primero acató la decisión espuria del Congreso y después adelantó una resistencia pacífica, a la Gandhi. Y después, casi como al pasar, menciona al vocero de una agrupación “izquierdista y minoritaria”, y explica que cerca de “veinte agrupaciones” apoyan al presidente derrocado. Nótese cómo el tipo enfatiza que Lugo es respaldado por agrupaciones “izquierdistas y minoritarias”, evita hablar de movimientos y ni siquiera se preocupa por averiguar qué sucede fuera de Asunción, con las organizaciones sin tierra y demás.
Pero lo más grave, aún para el caso de una nota que presume de una objetividad que no es tal, el enviado especial de EFE jamás dice la palabra golpe.  

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