jueves, 31 de mayo de 2012

Quince años y ocho días, mi libro

Pascualregresa a su barrio, luego de quince años de exilio en la ciudad deLima. ¿Por qué se escapó del país en los años ´90? Curiosamente, nadie lo espera en el aeropuerto. Una razón lo devuelve a Córdoba: recuperar lo perdido. Las plazas, el club, la primera novia, los viejos amigos. El paso implacable de los años ha borrado huellas en su querido barrio, General Paz. Aquel de calles anchas, bares tradicionales, viviendas amplias y luminosas, quioscos copados de adolescentes, ya no existe. Hoy está lleno de edificios con impuestos altos, tiendas de ropa de marca, inmobiliarias y locales gastronómicos. Hay un poder descriptivo asombrosamente detallista en cada escenario de la novela. Aquel que sólo conservan los exiliados, aquellos que extrañan cada retazo. Tranquilamente quien la lea, aún sin pisar la ciudad de Córdoba, puede representársela en su cabeza. La ciudad, más allá del cemento, es historia en carne y hueso. No queda tiempo para lamentos en la vida de Pascual. Debe buscar de inmediato a sus afectos. Recomponer las relaciones que, al partir, dejó atrás. En este contexto, se producen encuentros intensos -intercambios crudos de reproches y consejos y advertencias-, en mesas de café y puchos aplastados. Pascual intenta darle un nuevo giro a los hechos que lo alejaron de su lugar, repentinamente, un día. Hallar explicaciones, perdones, Mea culpas, abrazos, soluciones. Las páginas encierran un suspenso narcótico hasta el final. No tiene mucho que perder, y lo sabe, Pascual. Si algo sale mal, si acaso el entorno le niega una oportunidad, trae en su maleta un plan B: boleto de avión ida y vuelta, sin fecha fija, en la compañía aérea Lan.

viernes, 25 de mayo de 2012

Misticismo tarantinesco


Pulp Fiction fue la película más celebrada de Quentin Tarantino. El modo en que el director construyó el relato, la originalidad de los diálogos y la violencia mezclada con humor permitieron a Pulp Fiction ganar una innumerable cantidad de premios internacionales y el sincero reconocimiento del público.
Sin embargo, oculto detrás de sus laureles, el film tiene un mensaje curioso que puede ser leído de modos contradictorios, demostrando que las obras de artes están abiertas a tantas conclusiones pelotudas, como pelotudos las miramos o las escuchamos. Pero, aún así, analizar los mensajes de una obra de arte no deja de ser divertido. Y si por algún motivo al autor llegara a molestarle, que se cague. Si pretende que no se saquen conclusiones de su obra, que no la haga pública.

martes, 15 de mayo de 2012

Inversiones, pollos, Eco, y la madre que me parió


La noción de bien y mal es subjetiva. Cada uno de nosotros tiene una escala de valores, base para medir qué es lo bueno y qué es lo malo. Las distorsiones se producen cuando uno hace, a propósito, algo que está en el apartado del malo de su escala de valores.
En una persona, esas distorsiones pueden inducir a un delito grave o a una simple contradicción menor (condenamos con todas nuestras fuerzas la generación de riqueza y las consecuencias del capitalismo y usamos Nike Air Max), pero en un medio puede conducir a la incoherencia, ¡oh pecado maldito!
El diario La Nación, que desde su exasperante oposición al gobierno hizo de la incoherencia una bandera (quizá como lo hizo Página desde su exasperante apoyo), se empeña en encontrar mierda donde hay rosas, y tirar mucho perfume en donde acaban de cagar.

miércoles, 9 de mayo de 2012

"Muger" varonil


El tango miente “lloró como una mujer”; los hombres también lloran. Y el viejo cronista católico también miente: “peleó como un hombre”; las mujeres también pelean.