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(Quino) |
“En este país falta educación, por
eso estamos como estamos”, “no los educan en sus casas” y un
largo etcétera meten a la educación en una ensalada de comentarios
hasta deformarla tanto que termina por no ser nada. Todos alguna vez
nos hemos referido a la educación en una crítica que posiblemente
no tenga nada que ver con educación.
¿Qué es educación? Nada, o todo.
En líneas generales, desde el saber
vulgar educación tiene dos significados bastante inexactos: portarse
bien y saber mucho de algo. El primero refiere a la educación en
casa y el segundo, al sistema educativo.
El primer término, en muchos casos se
relaciona con la educación cívica. Cuando un tipo estaciona en la
rampa para discapacitados, cuando se te cuelan en la cola de la
despensa, cuando escriben con aerosol la puerta de una escuela,
cuando pasan en rojo, cuando tiran la basura en cualquier lado,
cuando no piden por favor, perdón o gracias, son mal educados. Mal
educados en casa.
Aunque hay alguna referencia a una
inmovilidad estatal (relacionada generalmente con la capacidad
represiva del Estado), la crítica suele ir a la casa.
Lo curioso es que de esta forma se
desvirtúa un fenómeno social. Una situación que amerita
expresiones como “en este PAÍS falta educación” o “no los
educan en sus casas” implica una situación general, que atañe a
un número importante de personas. Por lo tanto, el problema no parte
tanto de una casa o de cien casas que educan mal a los chicos, sino
que refleja una realidad social: que se maneja como el tuje, que no
se considera al otro bajo ninguna circunstancia, etc (permiso para
ponerse ideológico, a full).
Esta expresión también refleja una
opinión social: “ellos”.
El sujeto que opina se excluye del problema. Si a este país le falta
educación, no me falta a mí, le falta a los otros bestias.
El segundo
significado tiene que ver con el sistema educativo. Suele presentarse
como reacción a una noticia (pruebas PISA, rankings de
universidades, etc) o ante la incapacidad de un profesional, por
citar dos ejemplos.
Aunque parta de un
hecho social, porque el sistema educativo corta transversalmente a la
sociedad, esta expresión también se refiere a hechos individuales.
Un médico que extirpó un bazo en vez de un brazo (chiste de la
Condorito), un par de colegiales que se pusieron a coger en una
plaza, alguna otra conducta adolescente que los adultos asumimos como
corrupta, la calidad de los maestros, etc.
En
estos casos, la crítica suele estar asociada a la nostalgia. Se
utiliza al sistema educativo, o su presunta decadencia, como excusa
para pronunciar el viejo y peludo antes no pasaba.
La visión apocalíptica de que el mundo se va a la mierda porque
nosotros nos vamos acercando a la muerte.
Entonces,
la verdad de la milanesa sería la siguiente: “cuando yo
era joven y soñaba que podía ser lo que se me cantaba el culo y en
esa época me asustaba como loco pero después de viejo me puso
triste porque no logré ni un poquito chiquitito así de las
pelotudeces que soñaba, cuando yo era así de joven todo era mucho
mejor que ahora que los pendejos están perdidos con los teléfonos y
el sexo por todos lados y la violencia que te matan en la esquina y
que ganas de tener treinta o veinte o quince años menos, carajo”...
... y así, queridos alumnos, demostramos que nuestras reflexiones son lo que nos pasa y nuestro análisis, un estado de ánimo.
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