viernes, 14 de octubre de 2016

Casarse, la terapia de Disney


Resultado de imagen para rapunzel frozen la sirenitaDisney es una fábrica de fantasías. Mucha imaginación robada, es cierto, pero imaginación al fin. Chicos que son chicos para siempre y vuelan peleando con piratas; adolescentes que congelan ciudades; jóvenes con el pelo de tres metros de largo; animales parlantes; casas voladoras, y un largo etcétera.


Pero la verdadera fantasía, la auténtica imaginación al poder y acaso la peor herencia de los cuentos robados es la capacidad de los protagonistas de sobreponerse a las crueldades a las que son sometidos para alcanzar el viejo y peludo “y vivieron felices por siempre”.
Rapunzel es robada de niña, criada por una oscura inmortal que la obliga a cantar sin cortarse el pelo hasta tener una escoba de diez metros. Sin salir de una torre de dos por dos, su sometimiento se cura pisando el pasto y enganchándose con un simpático ladrón. Vivió feliz por siempre.
Las hermanitas frío también se la pasan encerradas en un palacio, solas como hongos. Una está desesperada por chaparse a un tipo y a la otra la entrenan para no sentir. Pero después de peripecias y una canción que escucho hasta en sueños, cortesía de mi nena, vivieron felices por siempre.
Ariel traiciona a su estirpe y su familia (¡Vamos, traiciona a todo el mar!) por un tipo que vio dos veces en su vida. Cuando lo consigue, es perdonada por su familia y vive feliz por siempre.
Aurora fue engañada por tres viejas, separada de sus padres y después se acostó a dormir por un montón de tiempo. La despertó un guaso que había visto una vez en el bosque.
Bella es maltratada porque le gustaba leer y ansiaba salir de su pueblo para levantarse a un príncipe. Lo logró, pero era una especie de león, atormentado y convertido en bestia por un bruja. Suerte que el tipo se volvió humano y vivió feliz por siempre.

Todos, sin excepción, tuvieron infancias y adolescencias traumáticas, que milagrosamente no dejaron secuelas. Bastaba con encontrar a un príncipe, una princesa o simplemente a una persona hermosa para curar las viejas heridas y vivir felices por siempre.
No importa ser esclavizada por tus hermanas, envenenada por tu madrastra o encerrada en una torre. Tampoco que traicionen a sus familias y oculten una ambición desmedida por el poder (¿acaso anhelar a un príncipe no oculta el deseo de acumular poder?). Basta con casarse y vivir feliz por siempre. Los traumas, el dolor, la violencia sufrida quedan guardadas en un baúl.



No hay comentarios: