“Los conflictos armados constituyen
la principal amenaza para el desarrollo económico de África”,
dijo la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI),
Christine Lagarde, según publicó la página de noticias de la ONU.
¿En serio?, ¡mirá vos, che!
Las declaraciones de Legarde son de
esas declaraciones que provocan una media sonrisa y una puteada en
voz baja: ¡qué hija de puta!, acompañado de un pequeño movimiento
horizontal de la cabeza, como diciendo “no” a alguien.
A veces no sabemos si nuestros líderes
son unos pelotudos, o nos tratan como a unos pelotudos, o una
combinación de ambas cosas. En primer lugar, por la obviedad y hasta
ingenuidad de esas palabras. En segundo lugar, porque fue la única
declaración de Legarde sobre el tema, después siguió con otras
pelotudeces como la fortuna que tienen los africanos de producir
minerales y petróleo, porque hoy son caros y “atraen inversores”.
Pero volviendo a lo primero, es notable
la capacidad de estos tipos para decir sentencias sin sentenciar a
nadie; para tirar tiros por elevación que se pierden en el vacío;
como si denunciar fuese un juego que tienen que jugar (y yo sigo
repitiendo palabras).
Si Legarde quiere denunciar que las
guerras “constituyen la principal amenaza para el desarrollo
económico de África”, entonces podría ahondar un poquito en el
tema, como para iluminarnos. Por ejemplo, ¿con qué armas pelean los
africanos, con pistolas fabricadas en Burundi y bazookas creados en
Sudán, acaso?
La guerra, desde el punto de vista
económico, es una oportunidad... así de cruel. Una guerra nubla la
razón, y deja el campo libre para transformaciones impopulares (la
doctrina del shock, Naomí Klein). Además, reactiva sectores
industriales como la fabricación de armamento (y todos sus
derivados). También genera enormes riquezas a partir de la
reconstrucción, una vez que la guerra dejó hecho mierda el lugar en
donde se desarrolló. La reconstrucción es una oportunidad para
constructoras y prestadoras de servicios, por ejemplo, pero además
ofrece una enorme posibilidad financiera: ¿de dónde se sacará el
dinero para arreglar los destrozos de una guerra?, ¡de los bancos,
de dónde va a ser!
Entonces, a una afirmación como “los
conflictos armados constituyen la principal amenaza para el
desarrollo económico de África”, nuestra líder debería
continuar diciendo: “pero favorecen a los que venden armas, los que
lucran con la irracionalidad, los que dan préstamos y los que
levantan los escombros”, entonces sí, nosotros, el bienamado
público, tendría una noción más completa de por qué hay tanta
guerra en África, o por qué hay tanta guerra, y punto.
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