El encendido debate por la restitución del 82 por ciento móvil ocupó las mentes de brillantes periodistas durante un día completo (poco le importaron los jubilados a la prensa cuando el gran Piñera se abrazaba con los mineros). El derecho de los jubilados y pensionados a tener un sueldo digno impulsó al arco opositor a aprobar la medida. Extrañamente, el oficialismo le dio el quórum para que discuta y, al final de cuentas, apruebe la medida.
Como en 2008, el desempate estuvo en manos de Julio Cobos, vicepresidente y uno de los jefes de la oposición. Pero a diferencia de aquél entonces, el mendocino no cerró los ojos, no ladeó su mirada, no suspiró ni inspiró. En resumen, no le hizo falta actuar. De hecho, dijo que sí, no que su voto “no era negativo”. Se lo vio convencido al hombre, demostrando que ese será su liderazgo cuando le toque dirigir al país y tratando, al mismo tiempo, de distanciarse de Fernando de la Rúa, un dirigente trágicamente parecido a Cobos (trágico para Cobos).
Pero hasta los políticos más ilustres y brillantes muchas veces tienen que lidiar con sus propios partidarios. Pagos o no, quienes los apoyan suelen caer en errores garrafales y luego son los líderes quienes pagan el costo político.
Pero hasta los políticos más ilustres y brillantes muchas veces tienen que lidiar con sus propios partidarios. Pagos o no, quienes los apoyan suelen caer en errores garrafales y luego son los líderes quienes pagan el costo político.
Apenas Cobos dio su no negativo, comenzó a flotar por el aire una situación incómoda para el dirigente cuando estaba al frente de la Gobernación de Mendoza: vetó una ley que establecía el 82 por ciento móvil para los jubilados docentes.
Las informaciones en este sentido se dispararon, con notas a favor y en contra, pero en medios generalmente pequeños. Los grandes, grandes enemigos K, prefirieron guardar silencio. Pero es de las defensas que queremos hablar.
Entre ellas, una nota escrita por un tal Vilalta y publicada por los sitios El ojo digital y el Informador Público defiende a Cobos desde el título: Julio Cobos no vetó el 82% móvil en Mendoza. Para empezar, la nota es impresentable, desde el punto de vista periodístico, por supuesto. Trata al vicepresidente como el “enemigo más digno” de los K, el jefe de la oposición, un hombre que siempre se preocupó por los jubilados. En fin, lo pone en una estampita con un aura de luz a su alrededor.
Lo curioso del caso, sin embargo, resulta del cuerpo de la nota. Después de un título tan rimbombante, el periodista relata lo que sucedió en 2006 cuando Cobos, efectivamente, vetó una ley que proponía el 82 por ciento móvil. Por supuesto que se explica sobre una “trampa” parlamentaria aplicada por la oposición mendocina, que forzó a Cobos a hacer uso de su derecho a veto. Y recordó, además, que el entonces Gobernador impulsó luego otra ley que empujaba los salarios de los jubilados prácticamente” hasta el 82 por ciento móvil.
Todo muy lindo. Maravilloso Cobos. Un gran dirigente y, seguramente, un gran presidente si le toca en suerte. Pero, amigo mío, no me digas “Cobos no vetó” y luego, dentro de la nota, me escribís “ no le quedó alternativa al Gobernador COBOS, que vetar”. Ponete de acuerdo.
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