
Alguna vez se ocupó de la Argentina, y afirmó lo siguiente:
“La Argentina es un país bastante grande, que lo tiene todo. Su problema es que se comporta como las mujeres lindas o los futbolistas talentosos: saben que lo tiene todo y por lo tanto se preocupan poco por mejorar su calidad de vida.
La Argentina tiene una figura delgada, pues se preocupa mucho por su imagen. Tanto que suele imitar a otros países, especialmente en el peinado. Posee un jopo (Misiones) similar al de Estados Unidos, quizá para imitar a uno de sus ídolos. Sin embargo, no copia la gordura del país del norte. En ese aspecto mantiene su fina línea como ningún otro en el mundo.
Si fuese hombre seguramente sería el más lindo, pero el más frívolo con una tendencia irremediable hacia la mentira. Al menos así lo demuestra su gran nariz (Buenos Aires), en una especie de destino pinochesco irremediable.
Su falta de estabilidad es otro problema grave. Pese a su delgadez, la Argentina posee un físico imponente, pero su piecito es demasiado pequeño, por lo que no es difícil adivinar que pierde fácilmente la estabilidad”.
Más adelante, continuaremos con los brillantes trabajos de John Hardsword, un intelectual que se animó a romper las barreras de la lógica para ofrecer una explicación del mundo más o menos coherente.