Las reacciones posteriores al ataque
contra la revista Charlie Hebdo confirmaron el triunfo de los
fascismos, tanto el musulmán como el occidental. Porque, si algún
análisis consideró que el atentado tenía por único objeto
masacrar a los dibujantes, pues estaba equivocado. El ataque a
Charlie Hebdo, como casi todos los ataques terroristas, tuvo un doble
objetivo: la víctima concreta, aquella que sufre en carne propia la
descarga violenta, y la repercusión del hecho en las sociedades, es
decir, su carácter simbólico y político.