Sin embargo, la posibilidad de cometer semejante ardid, combinada con las magníficas caracterizaciones de Gran Cuñado (el programa es una porquería, pero los tipos son buenos imitadores, hay que admitirlo) y el recuerdo de una película, Misión Imposible, me llevaron a una deducción, que no por alocada o conspiracionista puede dejar de tener razón. ¿Qué si los políticos que votaremos el 28 son otros políticos disfrazados y las ideas repetidas que escuchamos son pronunciadas por los mismos dirigentes que se postularon en otras oportunidades sólo que ahora están tan desprestigiados que debieron acudir a un disfraz?
Todavía recuerdo a Tom Cruise con la cara de Jon Voight en el filme de Brian de Palma y me asusto al pensar que esta estrategia podría repetirse en la Argentina. Porque, tranquilamente, el Mauricio Macri que abogó por las privatizaciones en un programa político podría ser Carlos Menem, o peor, Domingo Cavallo. Pensemos que comparten ojos claros. Y si bien Cavallo está notablemente más pasado de peso que el atlético Macri, bien podría haberse puesto a un severo régimen al estilo Renée Zellwegger en El diario de Bridget Jones, pero al revés.
Tranquilamente, cuando De Narváez está sentado (porque de pie es demasiado alto), podría ser el propio Menem. Si el ex presidente nos hizo creer que un lifting era una avispa, bien nos puede hacer creer que una verruga es un tatuaje en el cuello.
Qué decir de Lilita Carrió, la impoluta dirigente que cuestionaba al poder hace unos años hoy aplaude al campo, está con Prat Gay y charla con Dios por las noches. Por qué no puede ser Graciela Fernández Meijide, me pregunto, que regresó a la política por una justa revancha.
En Córdoba, estoy casi convencido de que José Manuel de la Sota se quitó el quincho y se disfrazó de Eduardo Mondino. Dicen prácticamente lo mismo y hasta se pelean con Luis Juez, quien para mí es la imagen oculta detrás de Piñón Fijo.
En fin, la idea no es sumar confusión al quilombo general, sino tirar un poco la cadena en esta tormenta de bosta.
Y si nadie cree la teoría de los disfraces, mejor tomar la metáfora: si no se disfrazan, entonces la impostura se cierne sobre sus discursos, sus ideas y sus prácticas.